Os recuerdo, que la versión digital estará a la venta a partir de las 00:00 H española de esta misma noche. ¡Ya no queda nada!
Respiro hondo antes de entrar en la casa... ¿Preparada?
Posiblemente no, después de confirmar que a Matt le sucede algo. No sé qué es
y me da tanto miedo preguntarle, decirle que oí su conversación con Scott...
Necesito que confíe en mí y poder
consolarlo, apoyarlo. ¿Tan malo es lo que me tiene que decir como para temer
que me haga abandonarlo?
Al abrir, espero ver asomar a
Matt en cualquier momento, pero no está. Son las diez de la noche y supongo que
sigue trabajando. Nerviosa, me encamino a la cocina, donde todo está pulcro y recogido.
Cuando vuelvo a la sala, veo
entrar en ella a Matt cabizbajo, al reparar en mí, palidece. Nos miramos con
ganas de correr el uno a los brazos del otro, pero no tenemos valor de
hacerlo... Finalmente, emocionado, se acerca a mí con paso acelerado y nos fundimos
en un abrazo. Me besa cada centímetro de la cara, del pelo, de las manos.
Está roto.
—Gisele... estás aquí, no lo
puedo creer. Te amo tanto...
Miro sus ojos, hoy
transparentes. Aquí está el Matt del que yo me enamoré, el que me cautiva y me
hace feliz.
—Hazme el amor —lloriqueo. Sus
manos enmarcan mi cara y me mira a los ojos—. Matt, necesito borrar las
imágenes de nuestro último encuentro, la decepción... Tenemos mucho de que hablar,
lo sé, pero necesito sentirte. Me duele esta lejanía... me parte... Estoy
aquí...
Asiente y, casi sin voz, con
mirada apagada, me dice:
—Lo siento mucho, Gisele,
siento todo lo que ha pasado. ¿Qué te estoy haciendo, mi vida?
—Por favor... Quiero olvidar y enterrar todo lo malo que ha
sucedido.
Percibo su tormento, su dilema,
pero sin decir nada, me coge en brazos y me sube a la habitación. Con
delicadeza, me deposita en el centro de nuestra cama y me contempla como si
aún no creyera que estoy aquí.
Luego… llega la confesión.
Para cuando rindete
ResponderEliminar